El sábado 8 de noviembre de 1919 al mediodía, en el Jockey Club Argentino -entonces en la tradicional calle Florida- y con el padrinazgo del Rotary Club de Montevideo, inició su trayectoria el rotarismo argentino, con la presidencia del doctor Jorge A. Mitre, director del diario «La Nación».
El acta fundacional -redactada a mano alzada por su primer secretario señor Teodoro Bourse- impulsaría un intenso proceso de divulgación y puesta en práctica de los propósitos nobles que habían inspirado al abogado Paul Percy Harris y sus amigos, al fundar Rotary en Chicago, en 1905.
Jorge A. Mitre
H. C. Watkins
Nelson Wisner
José A. Cortejarena
Santiago O’Farrell
Patricio B. Browne
M. López Marín
C. T. Welhener
Noel F. Tribe
Jorge Kuneyl
T. R. Bourse
Juan Lalor
Meredith N. Stiles
C. H. Abbott
Julio A. García
Eugenio C. Noé
En 1922 el Rotary Club de Buenos Aires apadrinó a su primer club ahijado: el Rotary Club de Rosario. Posteriormente cedió territorio en esta ciudad, para fundar a su otro club ahijado: el Rotary Club de Flores.
El fundador de Rotary, Dr. Paul Percy Harris y su esposa Jane Harris, en los bosques de Palermo, con autoridades del Rotary Club de Buenos Aires, durante su visita a la Argentina, y en oportunidad de plantar el primer «Arbol de la Amistad» en nuestro pais.
El fundador de Rotary, Dr. Paul Percy Harris y su esposa Jane Harris, en los bosques de Palermo, con autoridades del Rotary Club de Buenos Aires, durante su visita a la Argentina, y en oportunidad de plantar el primer «Arbol de la Amistad» en nuestro pais.
En la actualidad el Distrito 4890 cuenta con los siguientes clubes: Almagro, Altos de Palermo, Belgrano, Boedo, Buenos Aires, Caballito, Catedral del Sur, Colegiales, Costanera Norte, Del Cid Campeador, Del Pilar – Recoleta, Flores, Floresta – Vélez Sarsfield, Guadalupe – Palermo Viejo, La Boca y Barracas, Libertador – Recoleta, Liniers, Los Andes, Montserrat, Naón – Mataderos, Nueva Chicago, Nueva Pompeya, Nuevo Paternal – del Maldonado, Nuñez y Saavedra, Once, Palermo, Parque Centenario, Parque Chacabuco, Parque Patricios, Parque Pereyra, Puerto Madero, Río de la Plata, San Cristóbal, San Telmo – Constitución, Villa Crespo, Villa del Parque, Villa de Devoto, Villa Devoto Norte, Villa Lugano, Villa Luro – Monte Castro, Villa Real – Versailles, Villa Soldati y Villa Urquiza.
Fue la primera publicación rotaria a nivel nacional titulada «El Rotariano Argentino», órgano oficial que se editaba en Buenos Aires con la conducción compartida de nuestro club y de los clubes de Rosario y de La Plata.
Comenzó en enero de 1927, como publicación oficial para los clubes rotarios del país, en el año en que don Cupertino del Campo era presidente de nuestro Club y su administración editorial se hacía desde el Rotary Club de Buenos Aires.
Queremos destacar que en su portada también figuraban el presidente del Rotary Club de Rosario, don Arturo Covernton y el presidente del Rotary Club de la Plata, don Enrique Herrero Ducloux.
Esta revista, con destacadísimos editores y plumas que la prestigiaron, circuló en los clubes de la Argentina con notable éxito, hasta la publicación Nº 274 (diciembre de 1949).
La publicación fue continuada por el «Boletín» del Rotary Club de Buenos Aires, iniciado en 1934, con una destacada trayectoria. Durante la Asamblea internacional en Phoenix, Arizona, EUA (12 al 20 de abril de 1989) fue considerado el mejor boletín de habla hispana del mundo rotario.
Tuvo como directores a prestigiosos rotarios vinculados a la comunicación. Uno de sus mas destacados directores fue don José Lococo (+), con el cual se inició la era del color en la publicación, a partir de julio de 1992.
Nuestra publicación ha recibido varios premios, entre ellos «El Pregón» al mejor boletín rotario de la Argentina durante los años 1989, 1993, 1994 y 1995. Y una distinción especial de Rotary International que fue entregada por el mismo presidente internacional, Dr. Luis Vicente Giay al director Don José Lococo durante el ejercicio rotario 1996/1997.
En 1936, durante la presidencia del Dr. David J. Spinetto, visita nuestra ciudad de Buenos Aires, el fundador de Rotary, Dr. Paul Percy Harris, como podemos apreciar en la foto, tomada en la estación Constitución, del Ferrocarril General Roca.
De izquierda a derecha, señores Patricio B. Browne, Ricardo T. Mulleady, señoras de Gaete Fagalde y de Harris, Paul P. Harris, David J. Spinetto, Manuel Gaete Fagalde, Víctor Abente Haedo, Oscar Rodriguez Saráchaga, Cupertino del Campo (primer gobernador rotario argentino). En segunda fila, de izquierda a derecha, Enrique Ewing, Guillermo Pérez Butler, Norman Buxton, Rodolfo Tarántola, Eduardo Darrassen y Willard T. Clark.
En el mismo año 1936 y por gentileza del Ing. Horacio del Campo publicamos la foto tomada en ocasión de la visita de Paul Harris y su esposa Jane, a la quinta de la familia de don Cupertino del Campo en San Fernando, provincia de Buenos Aires
Parados y de izquierda a derecha, Lucrecia del Arca, Jane Harris, Cupertino del Campo, Justa Lynch, de del Arca, Paul Harris, Sofía del Arca de del Campo y Ernesto Nelson.
Abajo y de izquierda a derecha aparecen los hijos de don Cupertino del Campo: Sofía, Cupertino (hijo), Ana Justa, Marta, Hortensia y Horacio.
Ocupa un lugar muy destacado en la vida del Club, ya que desde 1966 las esposas de los socios vienen realizando una actividad rotaria ejemplar, en bien de la sociedad.
Desde 1919 tiene una activa vida institucional. Se han realizado infinidad de aportes de muy diversa naturaleza a la comunidad. Un resumen de ello puede encontrarse en «Historia del Rotary Club de Buenos Aires», editada en cuatro tomos, en formato digital. Su autor fue el recordado escritor, periodista y rotario Nicolás Cócaro. Destacamos como alguna de las manifestaciones mas importantes, la eficaz intervención del Rotary Club de Buenos Aires en el canje de prisioneros de guerra en la triste contienda entablada entre Bolivia y Paraguay. Representantes de ambos países expresaron conjuntamente su agradecimiento por la acción rotaria del club, en una de las reuniones semanales dedicada a celebrar el 50 aniversario de la terminación del lamentable hecho. Se recuerda que, como consecuencia de su intervención en las negociaciones de paz, se entregó el primer Premio Nóbel al canciller argentino, doctor Carlos Saavedra Lamas, nuestro socio honorario.
En este sentido recordamos a varios socios honorarios, entre ellos a Carlos Saavedra Lamas, Luis Federico Leloir, Antonio Caggiano, Pedro Eugenio Aramburu, Carlos Cucchetti.
La niñez tuvo una especial atención dentro de las obras rotarias. Una de tantas buenas ideas, puestas en acción fue la del ex presidente Dr. Cupertino del Campo, primer gobernador rotario de nuestro país, al instituir el premio «Al Mejor Compañero«, que se otorga anualmente desde 1926 y que fuera precursor de todos aquellos que entregan los clubes rotarios e instituciones. Ello también motivó el permanente contacto del RCBA con las escuelas primarias estatales y su aporte solidario a la educación, a través de becas educativas y apoyos económicos. Las becas estudiantiles que son otorgadas por nuestro Club a estudiantes secundarios constituye otra forma activa de ayudar a la comunidad.
La Obra Rotaria merece especial atención esta actividad en el RCBA, que anualmente renueva a sus dirigentes.
La acción cultural hacia la comunidad tuvo su hito institucional en 1966, al crearse nuestro «Ateneo Rotario», primero en el mundo rotario por sus características, cuyo inspirador y primer presidente fue el Dr. Arturo León López Gil. Su accionar le dio a Rotary mayor presencia institucional por sus destacados auditorios y sus diferente actividades culturales. Luego los rotarios de San Pablo, Brasil y de Santiago, Chile crearon entes semejantes. El Ateneo Rotario tiene también a su cargo la responsabilidad de la entrega anual de distinciones a instituciones y personalidades de relevancia nacional. Los mismos se denominan «La Rueda Rotaria», «El Sol de Plata» y «El Laurel de Plata a la Personalidad del Año».
Las relaciones internacionales tienen en nuestro club adecuada atención. El Premio Rioplatense Rotary Club es un claro ejemplo, al establecerse con nuestro club padrino: el Rotary Club de Montevideo, un premio honorífico a una destacada personalidad rioplatense. Desde 1960 y en forma anual, se entrega esta distinción cuyo primer agasajado fue el Dr. Bernardo Houssay, luego Premio Nobel. Posteriormente en 1986 se acordó entregar en forma conjunta con el Rotary Club de Santiago de Chile, el denominado «Premio Rotario Trasandino», con características semejantes al anterior, pero con entregas bienales. El primer argentino destacado con el premio fue el notable filósofo, Dr. Víctor Massuh. Ambas entregas dan lugar, en uno y en otro país, a una clara manifestación de confraternidad sudamericana.
El comité de Programas mantiene permanentemente la excelencia de los disertantes durantes las reuniones del Club, que se realizan todos los días miércoles, a las 12:45 hs., en el Marriott Plaza Hotel (frente a la Plaza San Martín). Notorias personalidades del ámbito nacional e internacional, fueron oradores en la tribuna del Rotary Club de Buenos Aires por lo que se la considera como una de las más importantes del país. En este sentido, los presidentes de Rotary International incluyen en sus giras anuales una visita al Rotary Club de Buenos Aires.
A nuestro club le cupo la responsabilidad de organizar las Conferencias de distrito de los años 1938 –la primera en la Argentina, realizada el 12 y 13 de abril, con sede en el Plaza Hotel- y las de 1939, 1945, 1950, 1956, 1965, 1988 y 1998.
Con el fin de atender a sus asociados y las actividades institucionales, el 29 de septiembre de 1986 tiene su sede propia en San Martín 969, piso 8, «B», de esta ciudad. También posee su dominio propio en la red Internet (www.rotaryba.org.ar)
El Rotary Club de Buenos Aires fue distinguido por Rotary International como club anfitrión y organizador de la Convención mundial que se realizó en Buenos Aires del 4 al 9 de junio del año 2000, en el predio de la Sociedad Rural Argentina, con un éxito que mereció los más elogiosos comentarios de la prensa escrita, de los rotarios visitantes del mundo y funcionarios internacionales, por la calidez, excelente organización y comodidad brindada a los 15.000 asistentes a nuestra ciudad.
Entre los fundadores del «Buenos Aires Rotary Club», como se lo denominaba entonces (8 de noviembre de 1919), se destaca don Noel F. Tribe.
Quiso ver el mundo rotario desde la platea. Rehuyó el escenario y la primera fila de los que presiden.
Los secretarios honorarios entonces cumplían uno o dos períodos acompañando a la comisión directiva. Pero en el caso de Tribe su dedicación, su tesón, su sentimiento rotario, lo llevaron a ocupar la secretaría del Club desde 1920 a 1932. Durante doce años demostró cuánto puede hacer un hombre por una institución.
Fue uno de los iniciadores del rotarismo argentino. Tribe habló repetidas veces acerca de la importancia de fundar nuevos clubes entre nosotros. Era eficaz. Tenía visión de futuro. Recordó Tribe en una disertación de 1928, es decir a nueve años de la fundación del actual Rotary Club de Buenos Aires, los nombres de Jorge Mitre, Patricio Browne, Manuel López Marín y Nelson Wisner, fuertes pilares y difusores del principio esencial que rige la entidad internacional.
Pero, ¿quién era este ciudadano tan generoso, altruista, disciplinado y dado a la solidaridad, sin pedir nada para sí mismo?
Había nacido en Nueva Zelanda. Clodomiro Zavalía, en un ensayo titulado «Desde don Jorge a don Cupertino, a través de don Noel» afirmó: «En cuanto a la secretaría, alguna vez escribiré el capítulo aparte que merece don Noel, personificación por excelencia del espíritu rotario».
Durante nueve años, Tribe facilitó sus oficinas en Bartolomé 441, para que funcionaran en ellas la secretaría y la administración del Club.
En alguna oportunidad, Tribe se refirió a los hombres que haciendo un paréntesis en sus tareas diarias, bancos, empresas, industrias, prestaban servicios desinteresados a la comunidad desde el Rotary Club. Dijo entonces: «La iniciativa rotaria nacida en Chicago, en 1905, afirmó Tribe, se extiende cinco años después al Canadá, luego a Inglaterra, más tarde a Cuba, al Uruguay, Islas Filipinas, China, Panamá, a las Indias y a la Argentina.
Hoy, unidos, consignó, los rotarios constituyen una fuerza poderosa y eficiente que, por lo menos ha logrado romper con el hielo entre los hombres de diferentes pueblos, para tratarse mutuamente de amigos y camaradas. Además, al entrar en una nación a través de Rotary, nadie se siente enemigo ni extranjero. Se los recibe con el corazón y el hogar abiertos al hermano».
Hay que destacar también que don Noel F. Tribe fue un inteligente funcionario del Banco de Boston. En él con hondura manifestaba el rotarismo junto a Mitre, Coates y Werth, uruguayos y argentinos unidos. Falleció el 10 de julio de 1937 en Buenos Aires.
Ocupó asimismo otros cargos de importancia en bancos y empresas. Se lo admiró por su humanismo rotario. Fue un hombre querido, un ser humano ejemplar, un propulsor que dejó su nombre, con calidez de futuro, en la historia del Rotary Club de Buenos Aires. Por eso, por su encariñada dedicación al prójimo, lo recordamos».
Hay que destacar también que don Noel F. Tribe fue un inteligente funcionario del Banco de Boston. En él con hondura manifestaba el rotarismo junto a Mitre, Coates y Werth, uruguayos y argentinos unidos. Falleció el 10 de julio de 1937 en Buenos Aires.
Ocupó asimismo otros cargos de importancia en bancos y empresas. Se lo admiró por su humanismo rotario. Fue un hombre querido, un ser humano ejemplar, un propulsor que dejó su nombre, con calidez de futuro, en la historia del Rotary Club de Buenos Aires. Por eso, por su encariñada dedicación al prójimo, lo recordamos».
También hicieron uso de la palabra en nombre de la comisión organizadora el rotario Humberto Gilabert, y la señora Eli Werner, presidenta del comité de Ruedas Femeninas del distrito 4890 de R.I., entre otros.
Finalmente actuó la Banda de Aeronáutica y el coro de niños hipoacúsicos de la Escuela Diana, de Remedios de Escalada. El acto culminó con una suelta de palomas, símbolo de paz universal, ante la presencia de 500 asistentes a tan digno acto rotario.
Al pie del monumento se depositaron los mensajes para el año 2005 del Presidente de R.I., de rotarios, rotaractianos y ruedas femeninas, año en que se celebrará el centenario de Rotary.
Donación Aceptase escultura de Jorge Argento
Buenos Aires, 12 de marzo de 1997
Visto expediente N* 12.611/97, y
Considerando
Que el mismo tramita la donación ofrecida por Rotary International en homenaje al 50° aniversario del fallecimiento de su fundador doctor Paul P. Harris, consistente en una escultura artística de bronce sobre un pedestal realizada por el escultor Jorge Argento.
Por ello y teniendo en cuenta las atribuciones y facultades conferidas por el artículo 104 inc 16) de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
Artículo 1° – Acéptase la donación ofrecida por Rotary International en homenaje al 50° aniversario del fallecimiento de su fundador Dr. Paul P. Harris, consistente en una escultura artística de bronce sobre un pedestal, realizada por el escultor Jorge Argento.
Art. 2°. El presente decreto será refrendado por los señores secretarios de Hacienda y Finanzas y de Gobierno.
Art. 3°. Dése al Registro, publíquese en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires y remítase para su conocimiento y demás efectos a la Dirección General de Contaduría General y a las Secretarías de Producción y Servicios y de Cultura.
De la Rúa
Juan O. Gauna
a/c Secretaría de Hacienda y Finanzas.
Señor Presidente de Rotary International, Dr. Luis V. Giay,
Señor Representante del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
Sr. Secretario de Gobierno, Dr. Juan Octavio Gauna,
Señoras, señores, queridos jóvenes.
Hoy inauguramos, por iniciativa de los rotarios argentinos, el primer monumento en el mundo a Paul Harris, el fundador de Rotary y lo hacemos precisamente, dentro del marco de los homenajes universales en el 50° aniversario de su fallecimiento.
Sean pues, mis primeras palabras, de agradecimiento. De gratitud hacia el Dr. Carlos Ricardo Romano, creador original de la idea; a la decisión unánime de la Conferencia de Distrito que en 1990 aprobó el proyecto del Rotary Club de Villa Urquiza; a la comisión que coordinó voluntades para transformar aquel hermoso sueño en la realidad que hoy nos congrega; al artista Jorge Oscar Argento, que con delicada sensibilidad, logró internarse en el corazón de Paul Harris, perpetuando en bronce el espíritu de nuestro fundador. Asimismo agradecemos, muy particularmente, a todos los que, de una u otra manera, han hecho posible concretar esta misión y, nuestra gratitud anticipada, a los que desde hoy quieran tomar a esta obra como propia.
¿Por que nos encontramos reunidos? Porque los rotarios siempre hemos creído en la bondad de la naturaleza humana y en la gratitud debida a todos los que han realizado acciones concretas para construir un mundo mejor, ya que estamos convencidos que el bien no se dice, el bien se hace.
El bronce ha sido, históricamente, la mejor manera de perpetuar las grandezas humanas. Por esto estamos aquí.
Paul Harris fue hombre de una idea. Pero de una idea genial. Y su grandeza como hombre no es otra cosa que la perseverancia en esa idea.
Fue una persona sencilla, de sentimientos comunitarios, que tuvo una visión de la humanidad casi providencial. Concibió una institución que hoy, noventa y dos años después, mantiene inalterable su vigencia preparándose con optimismo para abordar los desafíos del siglo XXI.
Me permito suponer que él, como otros visionarios anónimos, fue un hombre tocado por el destino para enfrentar los embates del egoísmo y la insaciable concupiscencia de algunos seres humanos. Aún hoy podemos preguntarnos, ¿En la historia, cuántas personas han levantado consignas como la suya “Dar de sí antes de pensar en sí”? Ciertamente muy pocos.
Sin embargo, su alma esperanzada estaba en lo cierto, porque estos generosos idealistas no han podido ser sobrepasados ni arrastrados por el materialismo utilitarista ni el escepticismo ciego.
Mirando con atención a la historia de la humanidad, veremos que el bien y la justicia han prevalecido. No hay muro de mezquindad y odio, que no haya cedido ante la fuerza infinita del amor y la dignidad humana.
Si por un acto mágico de la vida, tuviéramos el placer de verlo entre nosotros, estoy seguro que nos diría: «El otro eres tú, sirve al otro como a ti mismo».
Sin desconocer las diferencias entre las personas, nos convocó a la unidad. A la unidad en un destino común y universal: la paz.
La paz que nos permite vivir una vida mejor. La paz que no se compra con el oro ni se impone con el hierro; se cultiva en uno mismo como el mejor fruto del corazón.
Esa paz que alcanzamos cuando somos capaces de armonizar la diversidad, de respetar el derecho a ser uno mismo, sin dejar de sentir la responsabilidad ineludible de construir el futuro de la humanidad, pero desde lo cotidiano.
A partir de lo cotidiano, descubrimos la fuerza de esa idea genial de Paul Harris cuando servimos a la comunidad desde los 28.000 clubes rotarios, sembrados en 189 países y regiones geográficas. Cuando día a día, se extienden las manos solidarias de 1.200.000 rotarios y rotarias preocupados por estimular el ideal de servicio.
Día a día, es fecunda la tarea desinteresada que millares de ruedas femeninas y voluntarios de Rotary realizan sin descanso.
Con agrupaciones juveniles como Interact y Rotaract en donde hoy, más de 300.000 jóvenes líderes, alcanzan logros valiosos y crecen en formación y acción. Con 10.000 estudiantes de escuelas secundarias que todos los años viajan por el mundo preparándose mejor para enfrentar un mañana cada vez más exigente. Con becas anuales y multianuales, con programas de fomento vecinal, de prevención de la drogadicción, con subvenciones compartidas, con proyectos en gran escala para la nutrición, la salud y el desarrollo humano y tantas otras iniciativas que se suman a los resultados obtenidos por el Programa Polio Plus, a través del cual La Fundación Rotaria se propuso erradicar definitivamente de la faz de la tierra el flagelo de la poliomielitis, donando vacunas y organizando planes de inmunización para 538 millones de niños en el mundo.
Estos son solo algunos efectos de esa simiente que nos legó Paul Harris. Esa es la semilla de la que hablaba con respeto y reverencia la Madre Teresa de Calcula, cuando refiriéndose al accionar rotario expresó: “Para muchos, vuestra labor es sólo una gota en el océano. Pero se olvidan que sin ustedes nunca podría llenarse un océano. Esa gota la constituyen ustedes, sus clubes y toda la labor de servicios que realizan. Y ha sido también de esta manera, gota a gota, como esa vacuna administrada por los rotarios nos ha llevado tan lejos en nuestra batalla contra la polio. Una gota menos, hubiera cobrado algo tan precioso como es la vida de un niño”.
Haciendo una lectura de la realidad, nos diría Paul Harris que las nuevas generaciones tienen que ocupar nuestra particular esperanza. Porque los jóvenes de una Nación, son los depositarios del futuro y el futuro no es mañana, es hoy. Cada ocasión desaprovechada en la juventud, es una probabilidad de frustración futura que tenemos que evitar.
No les digamos a los jóvenes lo que deben hacer, empecemos a hacerlo junto con ellos. Brindemos de esta manera nuestro homenaje a Paul Harris. Porque la juventud debe ser estimulada, pero sin ejemplos no hay estímulos.
Señoras y señores. Si al regreso a nuestros hogares lo hacemos con la firme convicción de que allí, en cada uno de nosotros, nace silenciosa la gran paz universal que nos hemos propuesto en construir día a día, habremos interpretado a Paul Harris.
Habremos puesto en marcha una vez más su sueño, el sueño de un hombre que entró en la vida de carne y salió de bronce. Muchas gracias.
Ubicada en la esquina de las calles Esmeralda y Arroyo, fue instituida por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en honor al fundador de Rotary, e inaugurada por el presidente de Rotary International, Señor Paulo C. Viriato Correa da Costa, el miércoles 12 de septiembre de 1990, en ocasión de la campaña ecológica mundial rotaria denominada «Preservemos el planeta Tierra». En la inauguración estuvo presente el presidente de nuestro Club, Dr. Baltasar Martínez Briones (1990-1991) y el Gobernador del Distrito 4890 de R.I., Ing. Pablo R. Gorostiaga, entre otras personalidades.